Hoy medimos el tiempo en función de segundos, minutos y horas. Utilizamos relojes y calendarios para ello. Sin embargo, el tiempo es relativo. A algunos una hora les puede parecer una eternidad y para otros no dura ni un suspiro.

A día de hoy los estudiosos no se han puesto de acuerdo para definir el tiempo, pues parece ser relativo. Lo que sí sabemos es que es una concepción mental.

En épocas antiguas los seres humanos actuaban dependiendo de si era tiempo de siembra o de cosecha, tiempo de comer o de descansar. Se despertaban con la luz del sol y se acostaban cuando se iba. Acumulaban comida durante el verano para sobrevivir al invierno. Con la llegada de la tecnología, creemos que hemos trascendido nuestras necesidades biológicas, pero no es así. El cuerpo sigue respetando ciclos y ritmos. Es sabio y nos habla: nos dice lo que necesita en cada momento. Cuando tenemos que hacer nuestras necesidades, no tenemos que aguantarnos, tenemos que ir al baño, porque es un aviso del cuerpo que necesita expulsar algo.

¿Qué ha sucedido para que nuestros ritmos se alteren y nos cueste dormir tanto? La aparición de fármacos y medicamentos que alteran la producción de ciertas hormonas podría ser una explicación. No obstante, la más plausible es el descubrimiento de la electricidad, ya que el cuerpo deja de producir melatonina (una hormona fundamental para el sueño) cuando está expuesto a la luz. El hecho de usar luces artificiales y pantallas por las noches provoca que el cuerpo no produzca melatonina, pues piensa que la hora de descansar aún no ha llegado.

Hoy en día, pensamos que por echar más horas a un trabajo seremos más productivos, cuando la realidad es que la productividad depende de la calidad de lo que hagamos, no del tiempo que le dediquemos. Los antiguos tenían esto muy claro.

El tiempo es vida, la moneda más valiosa del mundo, y lo estamos desperdiciando. No siento ninguna lástima, porque creo que es necesario desperdiciar el tiempo para luego poder valorarlo. Pero debemos empezar a cambiar nuestra percepción del mismo.