La élite mundial está aplicando una estrategia básica de guerra con Telegram que podemos encontrar en el libro titulado “El arte de la guerra de Sun Tzu”: al rodear a un ejército, siempre se le debe dejar una salida. Nunca es recomendable presionar en exceso a un oponente desesperado. En otras palabras, han dejado una vía de escape para que sus enemigos conservemos algo de esperanza y nos creamos con opciones de vencer, porque de lo contrario lucharemos desesperadamente hasta el final, y eso podría hacerles daño.

Telegram todavía existe porque es donde se concentran personas despiertas (los que conocen parte de la verdad), locas y psicópatas. Al concentrarse los tres tipos de personas en un mismo lugar es muy difícil diferenciarlas. Han conseguido que los ciudadanos con argumentos sólidos, razonables y lógicos que desmontan la farsa que han montado en todo el mundo queden entremezclados con los que se les va la pinza. Gracias a esta sabia estrategia han logrado convencer a la población de que el sistema socioeconómico corrupto no existe, cuando hay miles de pruebas. ¿Cuál es el éxito del demonio? Que la gente piense que no existe o que no tiene malas intenciones. ¿Cuál es el éxito de la élite mundial? Que la gente piense que no existe o que no tienen malas intenciones.

Al juntar a los terraplanistas con los defensores de que las vacunas contienen grafeno, con los que piensan que nos riegan con químicos en el aire, con los que dicen que los iluminati sacrifican niños, con los que mostramos numerosas pruebas de que existe el sistema socioeconómico corrupto han provocado que la gente no los separe, y ahora si defiendes una cosa parece ser que también defiendes las otras. Es como si por creer una de las cosas mencionadas compraras todo el pack.

Con la cantidad tan abismal de mentiras que nos han contado, es normal dudar de todo. Sin embargo, eso no implica que absolutamente todo de lo que nos han contado sea falso. Hay quien dice que estas denominadas “teorías de la conspiración” han sido creadas por la CIA para volver más loca a la gente. No sé qué pensar. Desconozco si los terraplanistas, los defensores de que las vacunas contienen grafeno, los defensores de que nos riegan con químicos y los defensores de que los iluminati sacrifican niños tienen razón. Sin embargo, he investigado al respecto cada uno de estos temas y creo que todos aportan argumentos lógicos y convincentes, además de que en los medios no cesan de salir casos de dirigentes y famosos internándose en sinagogas o lugares donde se comete pedofilia o actos maquiavélicos. No obstante, como no he hallado suficientes pruebas “oficiales” para exponerlas, no puedo posicionarme, aunque sí desarrollar mi propia creencia.

Salvar a la gente no es nuestra misión. Las únicas personas que nos pueden salvar somos nosotros mismos. Expongamos los hechos y no insistamos. Si nos quieren llamar conspiranoicos o negacionistas a los que ponemos en duda el discurso oficial que lo hagan: se perjudican más a ellos que a nosotros. Hay que respetar la libertad de decisión y acción de todo el mundo. Si hacemos lo opuesto estaremos usando el mismo recurso que nuestros enemigos: la coacción.