El porno está en todas partes: en las redes sociales, en la televisión, en la música, en los videojuegos, en el cine y en la calle (Burbano, Brito, 2019). Esto impide, sobre todo a los niños y adolescentes, expresar su deseo sexual de la forma adecuada. El porno no sería un inconveniente si no fuera porque muchos lo consumen de manera habitual o se han vuelto adictos a él.

La pornografía es un conjunto de materiales donde se muestran aspectos sexuales con el fin de provocar la excitación de los espectadores o estímulos sexuales. Su consumo online no para de dispararse, sobre todo en adolescentes, tanto masculinos como femeninos (Alonso-Ruido, 2022).

Es casi imposible escapar de la insistente persecución del porno: si no lo vemos en la publicidad, como en los anuncios de colonias, la escuchamos en una canción, la vemos en series o redes sociales o incluso la detectamos por la calle. Lo peor es que algunas mujeres, que aseguran estar en contra del consumo de la pornografía online porque fomenta la misoginia, son también causantes de que exista la pornografía en las redes sociales subiendo fotos ligeras de ropa, además de ir vestidas por la calle mostrando medio cuerpo.

Libertinaje no es lo mismo a libertad. Libertinaje es el desenfreno en las obras o palabras. Libertad es la facultad de obrar o no obrar siendo responsable de nuestros actos. Vestir de manera inapropiada genera un efecto en el cerebro de los hombres que los hace entender que las mujeres están disponibles para la cópula (Fiske, 2013).

Lejos de sentirnos presionados, tenemos que ser conscientes de que generamos reacciones en los demás con nuestros actos. No defiendo las violaciones ni los malos tratos, producidos por una ausencia de educación de la gestión del impulso sexual (esta falta de enseñanza es evidentemente provocada). No obstante, la mujer tiene que saber que goza de un mayor poder sexual sobre los hombres que los hombres sobre las mujeres. Además, el apetito sexual es mayor en los hombres que en las mujeres por una cuestión puramente hormonal (Piñero, Rodríguez, 2020). Son mucho más lujuriosos, y por eso tienen más fantasías sexuales y recurren más al porno y la masturbación que las mujeres.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad; las mujeres pueden usar ese poder para bien o para mal. Su capacidad de influencia podría reducirse si los hombres aprendieran a gestionar sus impulsos. Considero que el trabajo debe ser conjunto, no únicamente de uno de los sexos. 

¿Por qué no les interesa a nuestros políticos enseñar a la ciudadanía a gestionar sus impulsos sexuales con su sistema educativo? ¿Por qué les interesa que cada vez aumente más el consumo de pornografía online y que se reduzca el contacto humano? Porque a sus jefes, los banqueros internacionales, les conviene crear una cultura occidental basada en el libertinaje, la soledad y la falta de autocontrol para favorecer el consumismo exacerbado. Necesitan que la gente consuma y consuma y consuma para sostener los Estados y ralentizar la caída del sistema socioeconómico corrupto. Además, desean fervientemente que dejemos de reproducirnos -que no reducir la población- para ser fácilmente controlables, de ahí que promuevan la ingesta de anticonceptivos, el aborto y la idea de que los hijos son una carga para nosotros en la vida. De nuevo, lo consiguen restándole importancia al ámbito espiritual y aumentando los impuestos, los precios y el valor de la vivienda para que cada vez tengamos menos propiedad privada.

Otro de los severos problemas que genera la consumición de porno, sobre todo el online, es la falta atencional o incapacidad para mantenerla durante un periodo prolongado de tiempo y el aumento de la producción de dopamina base (Cervigón-Carrasco, Castro-Calvo).


Bibliografía:

Alonso-Ruido, P., Sande-Muñiz, M., & Regueiro, B. (2022). ¿Pornografía al alcance de un clic? Una revisión de la literatura reciente sobre adolescentes españoles. Revista de Estudios e Investigación en Psicología y Educación9(1), 1-18.

Burbano, M. V. T., & Brito, J. P. S. (2019). La pornografía y su incidencia en el desarrollo psicosexual de adolescentes. Uniandes Episteme. Revista de Ciencia, Tecnología e Innovación6(2), 246-260.

Cervigón-Carrasco, V., Castro-Calvo, J., Gil Juliá, B., Giménez-García, C., & Ballester-Arnal, R. (2019). Adicción a la pornografía: interferencia atencional y gravedad del consumo.

Fiske, S. T. (2013). Varieties of (de) humanization: Divided by competition and status. In Objectification and (de) humanization: 60th Nebraska symposium on motivation (pp. 53-71). Springer New York.

Piñeiro, I., Ullauri, M. G., Rodríguez, S., Regueiro, B., & Estévez, I. (2020). Deseo y actividad sexual en hombres y mujeres mayores. European Journal of Health Research6(2), 227-242.