La amplia mayoría de los estudiosos modernos consideran el bautismo de Jesús por parte de Juan el Bautista y su crucifixión como históricamente ciertos. Otros acontecimientos, como los milagros, la curación de personas y el anuncio de la llegada del Reino de Dios, están abiertos a debate, a pesar de que hay diversos documentos no cristianos que certifiquen que ocurrieron dichos actos.
En este artículo voy a exponer todos los documentos que se han podido rescatar hasta día de hoy sobre Yeshúa, mejor conocido como Jesús, y por qué podemos dudar de la veracidad de algunos de ellos.
Actualmente poseemos tanto fuentes cristianas como no cristianas donde se menciona a Jesús. Las más antiguas se escribieron 20 años posteriores a la muerte del judío en la cruz. Esto no es extraño, pues en aquellos tiempos no tenían por costumbre escribir sobre un personaje histórico hasta después de casi un milenio. Por ejemplo, sobre Platón no se escribió nada hasta 90 años después de su muerte, y gozamos de muchos menos documentos sobre él que sobre Jesús.
Si bien es cierto que abundan especialmente las fuentes cristianas, las no cristianas no son menos relevantes. Estas proceden de los siguientes personajes históricos:
- El historiador y senador romano Tácito.
- El abogado y orador romano Plinio el Joven.
- El filósofo estoico y romano Mara bar-Serapión.
- El historiador romano Suetonio.
- El escritor satírico sirio Luciano de Samosata.
- El historiador judío Flavio Josefo.
- El historiador griego Flegón de Trales.
- El filósofo griego Numenio de Apamea.
- Y voy a meter también el Talmud, escrito por rabinos judíos.
1. Empecemos con Tácito, que odiaba a los cristianos:
En su obra Anales el romano hace alusión a la condena y ejecución de Jesús por parte de Poncio Pilato, y también a las primeras concentraciones cristianas. Aún así, hay unos pocos historiadores que ponen en duda la autenticidad de su obra. Estos dicen que, como Tácito nació 25 años después de la muerte de Jesús, lo que escribió fue lo que escuchó de algunos cristianos. No obstante, la mayoría de historiadores reputados, como Menagem Stern -ya fallecido-, dicen que es imposible porque Tácito era conocido por el control de sus fuentes y nunca informaba sobre rumores. Como senador, tenía acceso a los archivos oficiales y seguramente sacó la información de ahí. También es posible que, dado que su trabajo consistía en supervisar los cultos religiosos en Roma, obtuviera conocimiento sobre Jesús y los orígenes cristianos gracias a su contacto con historiadores romanos y de otras religiones. Otros estudiosos del tema dicen que un escriba cristiano alteró su obra, pero es poco probable porque la letra es la de Tácito.
2. Sigamos con el historiador romano Suetonio:
Escribió en su obra Vidas de los Doce Césares un pasaje en el que se menciona que el emperador Claudio expulsó a los judíos que hicieron revueltas por instigación de Cristo, es decir, de Jesús. Sin embargo, Suetonio se confunde y cree que a quien expulsa Claudio es a los judíos. En realidad, era a los primeros cristianos, ya que no sabía diferenciar todavía a los judíos de los cristianos. Para él eran lo mismo.
Además, cree que Cristo está vivo cuando Claudio expulsa a esos cristianos que confunde con judíos de Roma. Lo cierto es que ya había fallecido en la cruz hacía años. Eso hace que los historiadores y estudiosos se convenzan de que cuando menciona a Cristo se refiera a Jesús, porque esos disturbios que se formaron se debieron a la difusión del cristianismo en Roma, tal y como cuentan las fuentes cristianas, que las veremos más adelante.
3. De Plinio el Joven solo tenemos una carta que le envía al emperador Trajano:
En la carta menciona la concentración de los primeros cristianos tras la muerte de Jesús. La validez histórica no se pone en duda, pero, por ejemplo, Charles Guignebert, dice que no es una evidencia aceptable para un Jesús histórico, pues no menciona al judío, sino que solo dice que los cristianos adoraban a quien llamaban Cristo.
4. El filósofo estoico y romano Mara menciona la crucifixión de Jesús en una carta que le escribe a su hijo:
Hay historiadores y estudiosos del tema que confirman que esa muerte que comenta Mara en su carta del “rey sabio judío” es la de Jesús, ya que estamos al tanto de que solo en la cruz del nazareno escribieron: “rey de los judíos”, pero hay otros que lo ponen en duda debido a que no se conoce la fecha exacta de la carta. Sin embargo, Mara dice que este “rey sabio judío” murió crucificado junto a un par de personas más, y eso concuerda con las fuentes cristianas, que relatan el hecho de que Jesús murió junto a dos delincuentes.
5. Los escritos de Luciano de Samosata:
No tienen un alto grado de fiabilidad histórica porque este hombre se dedicaba a embellecer los relatos orales que escuchaba. Aún así, nos da una declaración independiente de la crucifixión de Jesús. Teniendo en cuenta que comete bastantes errores a la hora de interpretar las tradiciones cristianas, es improbable que haya sido influido por cristianos, y eso le aporta cierta credibilidad.
6. Continuemos con Flavio Josefo:
En su obra Antigüedades judías se menciona la crucifixión de Jesús y que la gente creía que era el Mesías. Hay quien defiende que los escritos de Flavio Josefo sobre Jesús fueron alterados por un escriba cristiano, ya que se menciona a Jesús como Crhistos y eso es una manera de nombrar a Jesús griega y no judía. Cristo significa en griego el Mesías, que a su vez significa el Ungido o Elegido por Dios. Sin embargo, no hay ninguna prueba de que los textos de Flavio Josefo fueran alterados y es poco probable, dado que la letra es la suya. En la actualidad, la mayoría de historiadores y estudiosos del tema reconocen la autenticidad de los escritos de Josefo. Solo unos pocos no la aceptan.
7. El historiador Flegón de Trales:
Dejó escrito en su obra Crónicas que Jesús tenía conocimiento del futuro y que testificó el resultado de sus predicciones. También menciona la muerte y la resurrección del galileo. El erudito y asceta Orígenes confirma esos escritos de Flegón.
8. Numenio de Pamea:
En su obra Sobre la bondad, según Orígenes, hace referencia a Jesucristo. El problema es que la obra no ha llegado a nuestros días: se perdió.
9. Por último, el Talmud:
Es un libro escrito por rabinos judíos que hoy en día se debate su valor histórico, pero parece ser que ningún historiador pone en duda la referencia más importante a Jesús, que es de nuevo su condena y muerte en la cruz. El nombre de Jesús aparece escrito como Ieshu. También hay otras referencias en esta obra que ponen al judío galileo como un brujo o mago que llevaba al pueblo de Israel por el mal camino. Los argumentos en contra son que el Talmud pudo escribirse como respuesta a los cristianos y que los rabinos judíos nunca conocieron a Jesús. En cualquier caso, el Talmud nunca niega su existencia, al contrario, la afirma indirectamente aunque sea diciendo cosas negativas de él.
Vamos a hablar ahora de las fuentes cristianas, que no tienen por qué ser menos válidas que las no cristianas.
- Epístolas paulinas
- Evangelios
- Eusebio de Cesarea
- Textos apócrifos y gnósticos
1. Comencemos por las epístolas paulinas:
Se trata de un conjunto de cartas que no hablan expresamente de la vida de Jesús, pero añade elementos sobre él a las fuentes no cristianas. Toda la información que se incluye en estas proviene de las cartas de Pablo de Tarso, cuya autenticidad no se discute, a pesar de que Pablo no conoció a Jesús. Solo 7 de sus cartas son aceptadas por todos los historiadores como auténticas y fiables: Tesanolicenses, Filipenses, Filemón, Corintios, Gálatas, otra a los Corintios y Romanos. Las epístolas paulinas fueron escritas entre 20 y 30 años después de la muerte de Jesús en la cruz.
2. Evangelios:
Los 4 canónicos son los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos son los que se usan principalmente para construir un relato de la vida de Jesús y las enseñanzas que se le atribuyen, a pesar de que el propio Juan escribió que nunca pretendió ofrecer una lista de los acontecimientos de su vida, sino una enseñanza. Además, no fueron escritos pensando en seguir una cronología. En ningún momento los 4 evangelios aportan detalles suficientes para satisfacer las demandas de los historiadores modernos respecto a las fechas exactas, pero son aceptadas como una fuente histórica más.
Como el evangelio de Marcos, Mateo y Lucas se parecen mucho en cuanto a conocimiento y estructura, actualmente se debate cuál de los evangelios fue escrito primero. En adición, recientemente ha surgido la hipótesis de que los 4 pudieron haber sido escritos al mismo tiempo basándose en el documento llamado Q, que se ha encontrado hace escasas décadas. Se llama así por ponerle un nombre, pues el autor es anónimo.
3. Eusebio de Cesarea:
Este hombre, que fue obispo de Cesárea, es conocido como el padre de la historia de la Iglesia, dado que sus escritos están entre los primeros relatos de la historia del cristianismo primitivo. Estos citan a las obras de dos personas: Papías y Cuadrado, que fueron dos testigos oculares de Jesús, es decir, que se encontraron con él durante su vida. Al parecer, Eusebio conoció a sendos hombres. Sin embargo, los escritos de Papías no sobrevivieron, únicamente los de Eusebio.
4. Textos apócrifos y gnósticos:
Los estudiosos modernos han llegado a la conclusión de que aportan muy poca luz sobre el Jesús histórico, por lo que algunos no los tienen en cuenta. Otros sí. No obstante, como todos los textos apócrifos y gnósticos datan del siglo II d.C., es difícil aceptarlos incluso para los propios cristianos.
Deja una respuesta