Somos cuerpo, mente y alma, no únicamente cuerpo y mente. El médico solo trata el cuerpo. El psicólogo solo trata la mente. El maestro espiritual solo trata el alma. Parece ser que no hay ningún profesional que trate los 3 aspectos. De haberlos, pasan muy desapercibidos. Y esto es a lo que deberíamos tender: a ser personas que dominen los ámbitos físico, mental y emocional. Tenemos que empezar a ser nuestros propios cuidadores y sanadores, y para ello es necesario que nos preocupemos por obtener conocimientos.

¿Qué es el cuerpo electromagnético?

El cuerpo electromagnético es una combinación de ondas eléctricas y magnéticas que se desplazan a la velocidad de la luz.

Extracto de la página web del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias en salud (CCARS): La mayoría de los campos electromagnéticos son invisibles para el ojo humano, aunque también los hay visibles como el arco iris. Algunos ejemplos de aparatos que producen campos electromagnéticos son: las líneas de media y alta tensión, los transformadores eléctricos, los electrodomésticos como neveras, secadores de pelo, etc., las pantallas de ordenador, los dispositivos antirrobo y de seguridad, radios, televisores, antenas de telefonía móvil, teléfonos móviles e inalámbricos, hornos, microondas, el Wi-Fi o el bluetooth.

Este extracto lo he expuesto para que se entienda que nuestro campo electromagnético no lo podemos ver; ni el nuestro ni el de los demás. Este surge de nuestro corazón (Bearden, Brown, 2023), que tiene 40.000 neuronas, y por ello posee la capacidad de aprender, recordar y procesar. El tamaño de nuestro campo electromagnético varía en función de nuestro estado emocional. Por eso se suele decir: “te amo con todo mi corazón “, o “mi corazón rebosa de alegría”.

Imagen extraída del CCARS (Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias en salud)

Las investigaciones del Instituto HeartMath explican que nuestro campo electromagnético puede llegar hasta una distancia de 1,5 metros. El cerebro también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño. Esto es relevante tenerlo en cuenta porque la información y la energía se transmiten a través de esos campos electromagnéticos. Es decir, a través de los campos electromagnéticos el corazón envía información primero al ADN humano que se encuentra en el interior de las células y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, circulatorio, digestivo, etc.).

El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y lo hace con una anticipación de 4.5 segundos. En otras palabras: el corazón puede anticiparse a lo que va a pasar, antes que el cerebro. En consecuencia, del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.

¿Cómo se descubrió la existencia de este campo electromagnético?

El origen del descubrimiento de este campo electromagnético es el ámbito militar norteamericano.

Extracto de la página 319 y 320 de “El Dominio Mental” escrito por Pedro Baños: Está científicamente demostrado que el cuerpo humano es un organismo electromagnético cuyo funcionamiento puede alterarse mediante ondas emitidas a determinadas frecuencias. Los pensamientos y las emociones se convierten en frecuencias, lo que les permite ser alteradas. Basadas en estas premisas, algunas armas electromagnéticas emplean las mismas ondas de extrema baja frecuencia que el cerebro -entre los 14 y los 35 Hz- para alterar la percepción humana y provocar efectos psicosomáticos, que van desde producir alucinaciones a enfermedades.

Las grandes potencias saben que el cerebro funciona por impulsos eléctricos y químicos entre las neuronas. No cabe duda de que pueden controlar las emociones y acciones de la gente.

La mayoría de los que componen la sociedad civil no lo conocen porque no interesa, ya que, como bien explica Pedro Baños, emitiendo cierto tipo de ondas se puede alterar el campo electromagnético, y por lo tanto controlar las emociones y pensamientos de los individuos.

Todos aquellos que aseguraban durante la pandemia del COVID-19 que las enfermedades estaban producidas por la emisión de ondas a determinada frecuencia tenían razón (De la Rosa, 2014). No es una teoría de la conspiración: es un hecho demostrable. El lector puede acudir al libro titulado “La enfermedad silenciada” para entender cómo ocurre esto.

¿Para qué sirve el cuerpo electromagnético?

Para intercambiar información con otras personas y con el entorno. Uno de los estudios basados, a su vez, en los realizados por la organización HeartMath Institute han encontrado que cuando dos personas interactúan sus cuerpos electromagnéticos se conectan y se apagan (McCraty, Tomasino). De ahí viene la popular expresión: “hay química entre estas dos personas”. Y también esto explica por qué nos sentimos incómodos en la presencia de algunas personas y otras no: porque estamos intercambiando continuamente a través de nuestros campos electromagnéticos.

¿Por qué decimos que algunas personas son magnéticas o nos atraen? Porque son como un imán: su campo electromagnético atrae al nuestro. Todo tiene que ver con la producción que hacemos de electricidad.              Esto quiere decir que todos podemos conectarnos con los demás gracias a la energía electromagnética que generamos. Por ejemplo: el estudio de HearthMath Institute observó que cuando una pareja se sentaba uno frente al otro a una distancia de menos de un metro y medio, sus campos electromagnéticos se sincronizaban. Pero todo lo que nos rodea, como el agua o la tierra, también producen energía electromagnética, por lo que podemos conectarnos con todo a nuestro alrededor.

De hecho, algunos físicos creen que no es la gravedad la que nos atrae al centro de la Tierra, ya que no se ha encontrado todavía el gravitón (partícula que sería responsable de la existencia de la fuerza de la gravedad), sino que en el centro de la Tierra hay un enorme campo electromagnético que nos atrae hacia él. La física nos explica que hay 4 fuerzas:

  • La nuclear fuerte: responsable de que las partículas que hay en los núcleos de los átomos se mantengan unidas.
  • La nuclear débil: responsable de que unas partículas muten y pasen de unas a otras. Es también la responsable de la radioactividad.
  • La electromagnética: responsable de que los electrones giren alrededor del núcleo y de que podamos tener luz o usar un microondas.
  • La gravedad: responsable de que la masa más grande atraiga la masa más pequeña. No obstante, es la única fuerza cuyas partículas responsables de su existencia no se han podido hallar (que sería el gravitón). Y estoy seguro de que no se podrá hallar.

En el mundo de la física cuántica se es capaz de explicar todas las fuerzas menos la gravitatoria. La teoría de la gravedad nos dice que la masa más grande atrae la masa más pequeña. Esto podría ser una media verdad, porque lo que puede estar ocurriendo en realidad es que la masa más grande produce un campo electromagnético mayor que el de la masa más pequeña, y eso es lo que la atrae.

¿Cómo podemos equilibrar o cuidar nuestro cuerpo electromagnético?

Si se produce un desequilibrio en el cuerpo electromagnético, este se manifestará en el cuerpo físico. Evidentemente, no todas las dolencias físicas son causadas por un desequilibrio en el cuerpo electromagnético. Si yo me choco con un árbol y me rompo el hueso del brazo no se debe a un desequilibrio en mis emociones.

Las investigaciones del Instituto HeartMath han demostrado que los cambios en el ritmo cardiaco reflejan el estado emocional del ser humano. Por eso cuando mentimos se acelera nuestro corazón o cuando nos calmamos se ralentiza. Para alcanzar la “coherencia cardiaca”, es decir, el equilibrio o un grado de salud óptimo, debemos tener emociones coherentes.

La coherencia cardiaca se logra gracias a las emociones coherentes (que no es necesariamente lo mismo a emociones negativas o positivas) (Díaz-Sánchez, 2020). Cuando el corazón recibe emociones coherentes transmite información coherente a través de su campo electromagnético. Al transmitir información coherente, los sistemas del cuerpo funcionan a la perfección; si se transmite información incoherente, los sistemas del cuerpo funciona mal y el organismo puede enfermarse tanto física como mentalmente (Morales, Bispo, 2016). En otras palabras: es necesario aprender a gestionar nuestros pensamientos para encontrar el equilibrio y el mayor grado de salud que podamos.

Un ejemplo de emoción incoherente sería la ira, que eleva cinco veces el riesgo de ataque al corazón, y tres veces el riesgo de derrame cerebral. El dolor intenso después de la pérdida de un ser querido también sería otro ejemplo, pues incrementa el riesgo de tener un ataque al corazón. 

Adicionalmente, diversos estudios muestran que la gente expuesta a experiencias traumáticas como veteranos de guerra, damnificados por desastres naturales o financieros ofrecen tasas más altas de problemas cardiacos que el resto de la ciudadanía (Poseck, Baquero, Jiménez, 2006).

¿Cómo podemos alcanzar la coherencia cardiaca o equilibrio y por lo tanto sanarnos?

  1. Practicando el altruismo e invirtiendo más tiempo en servir a otros para que las informaciones que intercambiemos sean solamente positivas. Si hacemos el bien a los demás, produciremos en ellos emociones positivas, por lo que cuando nuestros campos electromagnéticos se sincronicen, el intercambio de información será mejor y más placentero.
  2. Estar en contacto con la naturaleza: caminar descalzo por la tierra, tomar el sol, tocar plantas, cocinar con alimentos naturales, etc.
  3. Observar y escribir nuestros pensamientos y emociones negativas.
  4. Pasar más tiempo con nuestros seres queridos.
  5. Practicar el deporte y movernos al aire libre.
  6. Meditar: concentrarnos en la respiración, contemplar los latidos de nuestro corazón, sentir su palpitar, etc. (Lozano, 2017).

Una actitud positiva puede reducir el riesgo de muerte

Al igual que las emociones negativas dañan el corazón, las emociones positivas lo sanan. Algunos estudios reportan que:

  • El bienestar psicológico reduce el riesgo de padecimiento coronario del corazón.
  • La vitalidad emocional protege a hombres y mujeres de riesgo de padecimiento coronario del corazón.
  • Los pacientes alegres con padecimientos cardiacos viven más que los pacientes pesimistas con padecimientos cardiacos.
  • Las personas muy optimistas muestran menor riesgo de morir por cualquier causa, así como menos riesgo de morir por un ataque al corazón en comparación con personas negativas.

El nuevo paradigma científico

Para el nuevo paradigma cuántico-holográfico, también conocido como paradigma de la energía, el ADN humano no sólo produce proteínas. Pjotr Garjajev, un científico ruso que estudió la totalidad del genoma humano, afirma que el ADN es un sistema cuántico macroscópico que se regenera. De acuerdo a esto, el reconocido físico Sir Roger Penrose y el médico Hameroff establecen que la conciencia no surge de la complejidad neuronal, sino que la conciencia es todo lo que hay, y se asienta en todas las células del cuerpo.

“Penrose y Hameroff trabajaron juntos y descubrieron que, en cada una de nuestras células, y no solamente en las neuronas, sino también en el citoesqueleto que son los microtúbulos de polímeros que están en cada una de nuestras células, allí se asienta la conciencia de forma cuántica. Así que todas las células de nuestro cuerpo piensan, y también las que están en el campo bioenergético.

El campo magnético del corazón está acoplado a campos de información que no están limitados a las clásicas barreras de tiempo y espacio. Estas evidencias vienen de rigurosos estudios experimentales que investigan la hipótesis de que el cuerpo recibe y procesa información acerca de eventos futuros antes que estos realmente sucedan. Los resultados de dichos estudios muestran que tanto el corazón como el cerebro reciben y responden a pre-estímulos de información acerca de eventos futuros. Además, hay indicaciones de que el corazón recibe información intuitiva antes que el cerebro y que el corazón envía diferentes patrones y señales al cerebro, y así lo determina.  


Bibliografía:

Bearden, A. G., van Oostrom, S., & Brown, S. B. (2023). The effects of HeartMath Heart Lock‐In on elementary students’ HRV and self‐reported emotion regulation skills. Psychology in the Schools60(12), 5245-5263.

De la Rosa, R. (2014). La enfermedad silenciada. Ediciones i.

Díaz-Sánchez, E. (2020). La coherencia cardíaca como técnica para disminuir el estrés y desarrollar resiliencia. SANUM Científico-Sanitaria4(3), 76-81.

Explicación del funcionamiento del cuerpo energético: https://neuroembodyment.es/instituto-heartmath-y-biocoherencia-la-coherencia-cardiaca-y-la-consciencia/

Lozano, R. P. M. (2017). Uso de la técnica de Heart Math para reducir la ansiedad y el estrés ante los exámenes de matemáticas. Educere21(69), 275-283.

McCraty, R., Atkinson, M., Tomasino, D., & Tiller, W. A. La Electricidad del Tacto: Detección y medición del inter-cambio de energía cardíaca entre personas.

Morales Vivanco, O. E., & Zuñe Bispo, M. A. (2016). Efectividad de la técnica del flujo de Energía Lemniscal para disminuir el malestar emocional en pacientes Oncológicos.

Poseck, B. V., Baquero, B. C., & Jiménez, M. L. V. (2006). La experiencia traumática desde la psicología positiva: resiliencia y crecimiento postraumático. papeles del psicólogo27(1), 40-49.